Los brackets son un componente clave en el tratamiento de ortodoncia, y existen diferentes tipos en el mercado. Los más comunes son los metálicos, los cerámicos y los de zafiro. A continuación, explicaremos las principales diferencias entre estos tres tipos de aparatos.
Brackets metálicos
Los brackets metálicos son los más comunes y también los más económicos. Están hechos de acero inoxidable, lo que les da una apariencia plateada. Aunque son muy efectivos para corregir la dentadura, también son los más notorios en la boca y pueden ser menos estéticos que los otros tipos de brackets. Sin embargo, los avances tecnológicos han permitido que los brackets metálicos sean más pequeños y más cómodos que los brackets usados en el pasado
Brackets cerámicos
Los brackets cerámicos son una alternativa estética a los brackets metálicos. Están hechos de materiales cerámicos, lo que les da un color que se asemeja al de los dientes, lo que los hace menos notorios en la boca. Sin embargo, los brackets cerámicos son un poco más frágiles que los metálicos, por lo que debes cuidarlos más.
Brackets de zafiro
Los brackets de zafiro son los más estéticos de los tres tipos de brackets. Están hechos de cristal de zafiro transparente, lo que los hace casi invisibles en la boca. También son muy resistentes y no se manchan fácilmente. Sin embargo, son los más costosos de los tres tipos de brackets.
En conclusión, la elección de un tipo de bracket depende de las necesidades y preferencias de cada paciente. Si se busca una opción más económica, los brackets metálicos son una buena elección. Si se busca una opción más estética, los brackets cerámicos o de zafiro pueden ser una mejor opción. Sin embargo, es importante hablar con un ortodoncista para determinar qué opción es la mejor para cada caso específico.